Cuando salen del escenario, entre bastidores, los actores de la compañía comienzan su vida, vuelven a comenzar su vida, su verdadera vida. Vuelven a ser ellos mismos, eso es lo que quieren creer.
Como todas las noches de los últimos años, no ha ido muy bien. Están cansados, agotados, decepcionados con la vida que llevan y tal vez deberían rendirse o irse a ciudades más grandes para intentar, de nuevo, sin los demás, una nueva aventura. Una carrera en solitario.
Pero celebramos un acontecimiento importante, esta noche es una noche especial. La hija mayor de los jefes de la compañía se comprometerá, entre bastidores, con el joven protagonista del final del primer acto. Se casará con él, serán los directores del teatro, interpretarán el repertorio de la compañía, contra todos los avatares de la existencia, los hoteles mal calefaccionados, el personal agresivo de los salones de fiestas de provincia y la indiferencia burlona del público y de los niños imbéciles.
Mañana huiremos, pero esta noche seguimos fingiendo, porque no sabemos hacer otra cosa.